martes, 23 de agosto de 2011

“Leer alimenta la memoria poética, emocional y racional”


La lectura compartida acerca a los chicos a la literatura
Por Pablo Méndez Shiff
@pableshiff
Desde Resistencia, Chaco

El Programa de Abuelas Cuentacuentos tiene como objetivo ayudar al “buen vivir” de niños y adolescentes. En diálogo con ElArgentino.com, la directora de la Fundación Mempo Giardinelli repasa las principales razones para fomentar la lectura.


Desde 2001, un grupo de hombres y mujeres que habían sido expulsados del mercado laboral tempranamente, comparten su tiempo con niños y adolescentes a los que les leen cuentos e historias en voz alta. ¿Para qué? Para fomentar la lectura, esa actividad mágica que nos ayuda a desarrollarnos como ciudadanos más conscientes de nuestra realidad y más fuertes para enfrentar las adversidades.

Natalia Porta López, directora general de la Fundación MempoGiardinelli, repasó en diálogo con ElArgentino.com los principales lineamientos del programa, que se extendió a otras provincias e incluso cruzó las fronteras. Tanto es así que este año fue elegido para el concurso Experiencias en Innovación Social, organizado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

ElArgentino.com: ¿Cómo surge la idea de lanzar un Programa de Abuelas Cuentacuentos?

Natalia Porta López: A mediados de los ‘90, durante una visita a Alemania, Mempo Giardinelli tomó contacto con personas de la llamada tercera edad que visitaban hospitales para leer cuentos y poemas a enfermos terminales, aliviándoles así el dolor de cerrar sus vidas. Del impacto producido al ver aquella noble manera de ayudar a bien morir, nació la idea de que la lectura de cuentos debía ayudar, también, a bien vivir. Así comenzó a gestarse en la Fundación la idea de crear un Programa de Abuelas Cuentacuentos, con la premisa de llevar lecturas a quienes comienzan la vida, otorgándoles una oportunidad de acceder al libro y de ejercer su derecho a la lectura. Hoy, es uno de los esfuerzos prioritarios de la Fundación y uno de sus programas más emblemáticos y reconocidos.

EA: ¿Quiénes forman parte del proyecto?

NPL: El primergrupo de Abuelas Cuentacuentos se formó en la ciudad de Resistencia y hoy es uno de los más grandes del país. Su composición es de unos 60 voluntarios en acción. De allí salieron 11 voluntarias que continúan hoy la actividad en la vecina ciudad de Corrientes con un grupo igualmente numeroso.

EA: ¿Hace cuánto se desarrolla y cuáles son los "hitos" que se han logrado?

NPL: Las transferencias a otras ciudades se fueron multiplicando y hoy más de 70 ciudades argentinas tienen grupos. En todos las abuelas se dedican a lo mismo: cada cual acompaña un grupo de niños a lo largo de los años proveyéndoles lecturas de calidad una vez por semana. La relación que se crea entre las voluntarias y los niños es fuertísima y real. Hay afecto cierto y significativo que se suma al poder de la buena literatura y esa combinación deja una huella que, como venimos comprobando, hace crecer la demanda de lectura.

En escuelas donde las abuelas asisten desde hace casi diez años, la relación entre la población escolar y los préstamos en la biblioteca escolar se ha septuplicado.
Hemos hecho transferencias del Programa a Medellín, a Santiago y a Valdivia en Chile, a Monterrey en México e incluso a Londres. Y obtuvimos montones de premios internacionales que nos honran: de Naciones Unidas, de la UNESCO, de la CEPAL, de la OEI, de la Sociedad Argentina de Pediatría, el Pregonero de la Fundación El Libro y muchos más.

EA: ¿Por qué hay “Cuentacuentos” y “Leecuentos”?

NPL: Todo forma parte del mismo movimiento. Somos lo mismo. En 2006, cuando ganamos un premio de la OEI, el entonces ministro Daniel Filmus nos solicitó una transferencia del Programa para complementar con mediadores de lectura la entonces llamada Campaña Nacional de Lectura, que se ocupaba de publicar y poner a circular gratuitamente millones de excelentes textos literarios.

La experiencia, que todavía se lleva a cabo desde el Estado, se llama “Programa de Abuelas y Abuelos Leecuentos” y está a cargo del Plan Nacional de Lectura y del PAMI. Para asegurar que se mantuviera el espíritu de la iniciativa yo misma escribí un libro instructivo para coordinadores y desde la Fundación asesoramos aún hoy todo el proceso. La coordinadora nacional de la iniciativa ministerial es la profesora Adela Rattner, quien colaboró desde 2003 con el Programa de Abuelas Cuentacuentos como voluntaria en nuestra Fundación. Su presencia como capacitadora en la versión estatal es garantía de que la actividad de los nuevos grupos responden al mismo objetivo del programa de origen.

EA: ¿Por qué es importante que a los chicos les cuenten cuentos desde su más temprana infancia? ¿Dónde radica el poder de la ficción?

NPL: Cuando me piden que argumente por qué leer en voz alta con los niños siempre siento que esperan que haga una especie de sermón, una lista de bondades. Y sí, se puede argüir que está probado que los chicos que llegan a la escuela habiendo recibido lecturas de sus padres arrancan con ventaja: cuentan con más palabras en su léxico y con mejor conocimiento de las estructuras del lenguaje escrito. Se puede recordar a los papás que leer ayuda adiestrar el pensamiento complejo de sus hijos, que casi con seguridad no hay mejor educación sentimental y ciudadana. Que los niños se sienten bien consigo mismos porque en eso consiste el mentado placer de leer: el saberse capaces del esfuerzo necesario para disfrutar y comprender.

Pero los que tuvimos adultos que nos leyeron y heredamos esa costumbre, lo que más valoramos son las complicidades, las historias y referencias comunes para entender y explicar el mundo que quedan para siempre entre el papá, la mamá la abuela que lee y el niño que lee también a través de esa voz amada; un universo compartido que no es el de la tele ni el de Disney.

Así que yo los invito a leer para alimentar la memoria poética, emocional y racional común con sus hijos. Y para encontrar en los libros la excusa para abrir diálogos, incluso los más difíciles. Por eso recomiendo no dejar de leer con ellos cuando se vuelven adolescentes.

fuente
http://www.elargentino.com/nota-154434-Leer-alimenta-la-memoria-poetica-emocional-y-racional.html

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