viernes, 9 de marzo de 2012

Diez consejos de expertos para facilitar los viajes

La mejor recomendación que conozco es la de los boy scouts: “Siempre listos”.

Pero eso es muy amplio. En busca de algo más específico recurrí a algunos expertos que he citado en mi columna durante más de 13 años. Algo breve y útil, sin excluir el humor, era mi expectativa.

Empiezo por un consejo tomado de mi experiencia personal: en el aeropuerto, no importa cuánta hambre tenga, no se abalance sobre esa pastelería grasosa, porque más tarde se va a odiar.

Joe Brancatelli, editor del sitio web para viajes de negocios JoeSentMe.com, recomienda: “Nunca le tenga rabia a una aerolínea por más de dos años.” Las aerolíneas cambian sus estándares, dice; así que la que usted odiaba en el 2000 bien puede ser mejor que la que odia en la actualidad.

Brancatelli agrega: “Tenga acceso al salón VIP.” Las membresías anuales de las líneas aéreas son una forma, pero son caras y hay otras opciones, como Priority Pass, un programa que permite acceder (con restricciones) a 600 salones de aeropuertos del mundo. Algunas tarjetas de crédito dan acceso, y también se venden pases por día. “En los viajes, siempre me siento más astuto si estoy en un salón de aeropuerto”, dice Brancatelli.

Howard Lefkowitz, jefe del área comercial de Row 44, el proveedor de banda ancha satelital para vuelos, dice que antes de visitar otro país le gusta adquirir algo de moneda local, porque la aceptación de tarjetas de crédito puede variar, y uno puede encontrarse suspirando por un café.

Otra de Lefkowitz: “Pida siempre tres llaves de la habitación del hotel y téngalas en diferentes bolsillos, porque inevitablemente va a poner el iPhone cerca de por lo menos dos de ellas, lo cual lo va a obligar a ese odioso regreso al mostrador de la planta baja en el momento en que lo único que desea es sumergirse en su habitación.

Rick Seaney, el CEO del sitio de comparación de tarifas aéreas FareCompare.com, tiene un tip para la compra de pasajes para varias personas que van en el mismo viaje. Primero, determine la tarifa para uno; y si la tarifa para el conjunto supera ese precio, compre cada ticket por separado. Como se sabe, los asientos de un mismo avión tienen precios variados, y “los sistemas de reserva de las líneas aéreas mueven a todos los miembros de un grupo hacia el precio superior, aun cuando queden algunos asientos de precio más barato”, dice.

Jason Barger es el autor de un sensato libro que argumenta a favor de que haya más civilidad y menos agresión en el viaje (“Bájese de la cinta de los equipajes” es su título, traducido al castellano). Dado que en los aeropuertos y en los viajes hay tanto lenguaje negativo, él sugiere: “Sea impecable con sus propias palabras”. Y agrega: “Usted nunca sabe qué pesos y qué mochilas está llevando cada quién bajo la superficie. Un viaje no es sólo ir de A a B. Hágales a los demás el don de la amabilidad”.

Aquí hay un consejo de Emily May, directora de Hollaback!, una organización internacional dedicada a poner fin al acoso sexual en lugares públicos. “El tan mentado ‘club de la milla’ (los aficionados al sexo una milla por encima de la tierra) sólo es cool si es consentido”, dice May. “Le sorprendería la cantidad de gente que cree que toquetear a gente que está durmiendo o masturbarse bajo la frazada o acosar a compañeros de vuelo es una buena idea. Y si experimenta o ve algun comportamiento de ese tipo, no dude en comunicarlo al personal de vuelo”.

Y tenga en cuenta esta recomendación de Christopher Schaberg, un profesor adjunto de Letras en la Loyola University y autor del libro “La vida textual de los aeropuertos: leyendo la cultura del vuelo” (Continuum, 2011), del que un académico dijo que “explora ese espacio prosaico del tedio que son los aeropuertos”.

Preste atención no sólo a los cuadros y exhibiciones colgadas en los aeropuertos, sino también a su propio estar ahí, no importa cuán humilde o irrelevante sea ese hall. El profesor Schaberg recomienda “Piense el tiempo que pasa en el aeropuerto como una performance. Usted es parte de una gran obra de arte viva, la matriz arquitectónica y social que llamamos vida de aeropuerto”.

Y de nuevo un tip de mi propia cosecha: use siempre ropa interior flamante en el aeropuerto Uno nunca sabe cuándo puede venir una requisa total.

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